Manejo integrado de enfermedades
En general, para el control de enfermedades en
tomate, como para cualquier otra
especie, se debe hacer un programa donde se considere la integración de
todas las posibilidades de control para tender a un uso racional de los
productos fitosanitarios, causando el mínimo impacto ambiental y económico y
que los productos cosechados sean inocuos.
De acuerdo a las especificaciones técnicas de
Buenas Prácticas Agrícolas de hortalizas de fruto cultivadas en invernadero, de
la Comisión Nacional
de BPA del gobierno de Chile (2003), a continuación se describen las BPA para
el manejo de las principales enfermedades del cultivo de tomate bajo
invernadero:
· Es importante conocer la historia del lote;
especialmente evaluar la eventual presencia de patógenos u otros agentes
contaminantes.
· Se debe monitorear permanentemente el
cultivo para eliminar todas aquellas plantas que presenten síntomas
· Se deben usar semillas sanas, evitando la
contaminación con inóculos de hongos que contengan las semillas. Si no se tiene
la certeza de la sanidad de la semilla, se debe realizar una desinfección de
ésta o de la planta, con fungicidas según las recomendaciones de un técnico
capacitado y de acuerdo con las indicaciones de la etiqueta del producto.
· Se recomienda utilizar variedades
resistentes a las enfermedades causadas por hongos, bacterias y virus.
· Como medida de prevención, se debe mantener
un régimen nutricional e hídrico adecuado, evitando la posibilidad de
pudrición, rajaduras de frutos, pudriciones apicales en los frutos y otros.
· Se deben eliminar los restos vegetales para
evitar inóculo de diferentes patógenos
· Se debe favorecer la adecuada ventilación
dentro de los invernaderos e impedir la presencia de rocío o humedad sobre las
plantas, lo que disminuye el riesgo de enfermedades.
· Hay que eliminar constantemente las hojas y
flores secas, las cuales favorecen la proliferación de hongos como Oidium y
Botrytis.
· Es importante, también, eliminar malezas que
puedan ser hospederos alternantes de las enfermedades más frecuentes, como
Alternaria y Botrytis.
· Todo el material cortado debe ser sacado del
invernadero y eliminado en forma adecuada. Este residuo vegetal nunca debe ser
quemado ni apilado en las cercanías de alguna zona de producción.
· Se recomienda seleccionar terrenos con
suelos livianos, con una buena de capacidad de drenaje. En suelos pesados se
debe evitar dar riegos en exceso.
· A fin de cortar los ciclos de patógenos que
quedan en el suelo de un año a otro, se debe considerar la rotación de cultivo.
· Inmediatamente después de realizar una poda,
aplicar productos con base en cobre para evitar la entrada de patógenos por las
heridas.
· En el caso de presentarse enfermedades del
suelo, se deben realizar tratamientos localizados en el sitio donde se presenta
la enfermedad.
· Se deben aplicar fungicidas al follaje ante
la aparición de los primeros síntomas; para esto se deben monitorear
constantemente los cultivos. La aplicación de fungicidas debe seguir las
indicaciones de la etiqueta del producto.
· Con el fin de disminuir inóculos de
patógenos de un cultivo a otro, se recomienda desinfectar las estructuras del
invernadero anualmente.
· Desinfectar constantemente las herramientas
y manos de los trabajadores durante las prácticas de manejo del cultivo (poda,
deschuponada, deshojes, amarres, descuelgue de plantas, cosecha, etc.)
· Se deben ubicar piletas de desinfección de
zapatos a la entrada del invernadero para evitar el ingreso de patógenos o
contaminación del cultivo (figura 159). En estas piletas se aplica yodo
agrícola al 10% como desinfectante.
· Se debe evitar la sobre fertilización
nitrogenada para prevenir el excesivo desarrollo vegetativo de las plantas.
· Para que no haya presencia de insectos
vectores de virus, se deben usar barreras físicas que impidan su ingreso dentro
de los invernaderos, o trampas atrayentes que disminuyan su problema.
Fuente: a1374s05.pdf
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