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SISTEMAS AGRARIOS URBANOS


BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS URBANOS
Hongos entomopatógenos: Otros microorganismos que se reproducen masivamente en los CREEs son los hongos entomopatógenos, que en el caso de la agricultura urbana tienen posibilidades contra plagas diversas.
Estos bioplaguicidas también se deben aplicar en momentos en que la plaga es más susceptible o cuando está próximo a manifestarse en el cultivo.
De mayor uso es el hongo Beauveria bassiana (BASISAV), que es muy efectivo contra coleópteros (picudos, crisomélidos, gallegos), aunque también tiene efectos contra plagas de otros órdenes de insectos (Tabla 13), principalmente moscas blancas, thrips y chinches, sobre todo en la época de mayor calor.
El hongo Verticillium lecanii (VERTISAV) también es de amplio uso en la agricultura urbana, por sus efectos contra moscas blancas, pulgones, cochinillas harinosas, chinches, thrips y otras plagas.
Este hongo es más efectivo en los períodos frescos y puede aplicarse solo o en mezclas con Beauveria bassiana, para aumentar su efectividad.
La primera aplicación se realiza cuando aparecen los primeros estadios inmaduros de las plagas y durante las primeras semanas, ya que cuando la plaga alcanza los estadios intermedios y finales, ya no resulta necesario.
Trichoderma (TRICOSAV): Entre los hongos que se producen en los CREEs los del género Trichoderma son muy codiciados por los agricultores, por su efectividad en la reducción de los patógenos del suelo en los semilleros y viveros, así como en los sustratos de los canteros (Tabla 15).
Igualmente resulta efectivo en el tratamiento de semillas botánicas y agámicas, para protegerlas contra los hongos que habitan en su superficie, mediante su aplicación en líquido a 40 L/ha y solución final de 400L/ha y sólida a 20 g/m2 (Heredia et al., 1996).
Producción local y uso de nemátodos entomopatógenos: Los nemátodos entomopatógenos están capacitados para buscar y matar rápidamente a su hospedador, muestran una alta virulencia y elevada tasa de reproducción.
Como la mayoría de los nemátodos estas familias poseen un ciclo de vida simple, que incluye el huevo y cuatro estadios juveniles, separados por mudas. El estado juvenil (J3) es la fase infectiva que resulta resistente a las condiciones ambientales y transportan en su interior la bacteria simbiótica, de un hospedante a otro.
Los infectivos juveniles penetran al insecto hospedante por vía oral, el ano y espriráculos y se dirigen al hemocele, donde se liberan las bacterias, las cuales se multiplican y provocan la muerte del insecto por septicemia en 48-72 horas.
Para lograr disminuir los efectos de los factores bióticos y abióticos sobre la eficacia de los nematodos y su persistencia, se recomienda la aplicación inundativa de una concentración alta (de hasta 1-1,5 millones de J3/m²) como estrategia inicial para asegurar que suficientes nemátodos se pongan en contacto con el insecto objetivo, se efectúe con mochilas (boquillas normales), preferentemente en horas de la tarde y después de haber realizado un riego.
Los nemátodos entomopatógenos se establecen en el suelo si las condiciones de humedad son buenas, por lo que ha de esperarse que sea suficiente con una aplicación para cultivos permanentes; aunque en el caso de los cultivos que se cosechan y siembran anualmente es necesario aplicar de nuevo, igualmente en los suelos estresados.
Por supuesto, lo más recomendado es evaluar su persistencia en el suelo, ya que el tipo de suelo y su manejo, así como la tecnología del cultivo pueden influir sobre sus poblaciones y por tanto requerirse nuevas aplicaciones.
Fuente: BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS
URBANOS
Luis L. Vázquez Moreno
Ingeniero Agrónomo. Doctor en Ciencias.
Investigador Titular.
Entomología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Artrópodos Plagas. INISAV.
Emilio Fernández Gonzálvez
Licenciado en Biología. Doctor en Ciencias Agrícolas.
Investigador Titular.
Nematología, Control Biológico, Manejo de Plagas.

Grupo Fitopatología. INISAV.

BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS URBANOS



BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS URBANOS

Uno de los entomófagos con mayores perspectivas en la agricultura urbana es el parasitoide de huevos de lepidópteros perteneciente al género Trichogramma, del cual se producen varias especies altamente efectivas.
Las liberaciones se realizan según la situación de la plaga (Tabla 10), aunque pueden utilizarse como referencias la presencia masiva de adultos de la plaga (mariposas), ya que este parasitoide actúa sobre los huevos que la misma oviposita en la planta.
Otros entomófagos recomendados para la agricultura urbana son los predadores (Tabla 11), la mayoría de ellos polífagos, que atacan pulgones, moscas blancas, thrips, cochinillas harinosas, salta hojas, huevos y larvas pequeñas de lepidópteros, entre otras plagas.
Estos entomófagos se deben liberar en sitios donde hay mayores poblaciones de sus presas (plagas) y pueden liberarse en bajas poblaciones para que se establezcan.4.4.3.

APLICACIONES DE BIOPLAGUICIDAS
Los bioplaguicidas son productos que se obtienen a partir de microorganismos que infectan los insectos, los ácaros, los nemátodos y los hongos fitopatógenos.
Se obtienen mediante métodos industriales o artesanales, que permiten disponer de cantidades suficientes para realizar aplicaciones masivas en los campos cultivados.
Aunque existen en el mercado productos obtenidos industrialmente, también se dispone de tecnologías para producciones locales artesanales (en los CREEs) e industriales en
las Plantas de Bioplaguicidas, las que tienen ciertas ventajas, como las siguientes:
Se logra mayor autosuficiencia del agricultor al poder contratar las producciones según sus necesidades. El agricultor dispone de alternativas biológicas, amigables con el medio ambiente y compatibles con las exigencias de nuevos mercados, como el orgánico. Se incrementa la disponibilidad de nuevas fuentes de empleo local, principalmente para mujeres. Se contribuye a la educación de los niños en procesos
biológicos, mediante los círculos de interés de las escuelas. Existe la posibilidad de producir microorganismos y cepas de mayor efectividad bajo las condiciones particulares de la localidad y manejar estas últimas según efectividades que se logren. Ante el ataque de nuevas plagas, se pueden obtener producciones para su control. Se logra una contribución importante al entendimiento por parte del agricultor sobre la ecología de los problemas de plagas y su manejo.
Bacillus thuringiensis (THURISAV): Uno de los bioplaguicidas de mayor demanda en la agricultura urbana es la bacteria B. thuringiensis, de la cual se dispone de cepas efectivas contra larvas de lepidópteros, ácaros y fitonemátodos (Tabla 12).
Los biopreparados a base de esta bacteria se aplican en la etapa en que las larvas comienzan a emerger y durante los primeros estadios, pues debido a que el microorganismo actúa por ingestión (tiene que penetrar al cuerpo del insecto con el alimento), durante estas etapas iniciales es cuando más intensamente se alimenta; por ello no es recomendable su empleo cuando las larvas están desarrolladas, pues su actividad alimenticia es baja o nula, pues están en preparación para pasar a la fase de pupa.
Fuente: BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS
URBANOS
Luis L. Vázquez Moreno
Ingeniero Agrónomo. Doctor en Ciencias.
Investigador Titular.
Entomología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Artrópodos Plagas. INISAV.
Emilio Fernández Gonzálvez
Licenciado en Biología. Doctor en Ciencias Agrícolas.
Investigador Titular.
Nematología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Fitopatología. INISAV.

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BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS
URBANOS
A continuación se exponen las principales prácticas de
manejo y conservación de los enemigos naturales de plagas
en los sistemas de producción, la mayoría factibles de ser
realizadas por el agricultor.
Fomento de reservorios de biorreguladores: Es el fomento
o cuidado de plantas o sitios donde se mantengan poblaciones
de enemigos naturales o biorreguladores. Es una práctica
que contribuye a regular las poblaciones de plagas sin tener
que adquirir estos organismos externamente.
Existen reservorios de biorreguladores de plagas que se fomentan
con estos propósitos u otros que se han desarrollado
naturalmente y son aprovechados o manejados.
Los reservorios de biorreguladores de plagas pueden estar
ubicados de forma tal que tributen poblaciones de estos naturalmente
hacia los campos cultivados o mediante su traslado
por el agricultor, experiencias que han sido adoptadas por
agricultores de Ciudad de La Habana (Tabla 9).
Algunas plantas pueden mantenerse en sitios apartados de
la finca o en lugares convenientemente seleccionados, cuidar
allí bajas poblaciones de plagas y sus enemigos naturales y
luego trasladar estos últimos al cultivo. Ejemplos de estos son
los mini-bosques, las cercas vivas perimetrales, etc.
El traslado de biorreguladores puede hacerse por el corte el
órgano de la planta donde está fijado o se colecta directamente
en frascos de boca ancha, en ambos casos se liberan sobre
el follaje de las plantas cultivadas, en sitios donde hay mayor
infestación por la plaga y puedan encontrar condiciones para
su refugio.
Fomento de plantas melíferas: Como se ha expresado, el fomento
o cuidado de plantas que florezcan en diferentes épocas
del año, principalmente en los momentos de mayor actividad de
los entomófagos, constituye una importante fuente nutritiva
para la alimentación de los adultos de los predadores y los
parasitoides, que necesitan del polen de las flores para completar
su dieta alimentaria, pues no solo requieren de sus
insectos presas o huéspedes.
Estas plantas florecidas pueden ser el propio cultivo, las malezas,
las barreras, las cercas vivas u otras que existan en los
alrededores de los campos. En los cultivos de frutales se trata
de que las coberturas vivas también cumplan esta función.
Regulación de la humedad de los campos (microclima):
Cuando en los campos cultivados existe un microclima fresco y
húmedo, se favorece el desarrollo de los microorganismos
entomopatógenos y antagonistas. Además de que la reproducción
de los entomófagos es más rápida en la mayoría de las
especies.
Los campos secos, muy ventilados, donde corren fuertes corrientes
de aire y las radiaciones solares inciden directamente
sobre el suelo y lo calientan, tienen menos condiciones para el
desarrollo de la mayoría de los biorreguladores de plagas.
Para evitar estos efectos se recomiendan las asociaciones
de cultivos, las cercas vivas, las coberturas vivas, etc.
Fuente: BASES PARA EL
MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS
URBANOS
Luis L. Vázquez Moreno
Ingeniero Agrónomo. Doctor en Ciencias.
Investigador Titular.
Entomología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Artrópodos Plagas. INISAV.
Emilio Fernández Gonzálvez
Licenciado en Biología. Doctor en Ciencias Agrícolas.
Investigador Titular.
Nematología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Fitopatología. INISAV.

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BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS URBANOS
Manejo de plantas trampa: En la naturaleza existen plantas
que pueden utilizarse para atrapar plagas. Sus efectos son
de dos tipos:
a) las que permiten la reproducción de la plaga y
b) las que no permiten el desarrollo ni la reproducción.
El primer caso requiere que el cultivo se siembre, se infeste
y luego se destruya antes de que la plaga se reproduzca. Necesita
de un cuidadoso conocimiento del ciclo de vida de la plaga
y el respeto del tiempo para extraer el cultivo.
Buenos resultados se han obtenido con la lechuga de trasplante
en organopónicos infestados por nematodos formadores
de agallas (Meloidogyne spp.) y que tengan buen nivel de materia
orgánica, donde las plantas se levantan entre 26-30 días con
todas sus raíces y se evita la multiplicación de estos (Cuadras
et al, 2000).
En el segundo caso hay menos riesgo, pues las plantas permiten
la invasión, pero no el desarrollo de la plaga.
Ejemplo de esto es la Crotalaria sembrada en suelos infestados
por nematodos del género Meloidogyne, que los captura en
sus raíces, estos no completan su ciclo biológico y se detiene su
desarrollo, por lo que se reduce la infestación.
El material foliar puede incorporarse al suelo y servir
adicionalmente como abono verde. Siembras sucesivas en
épocas favorables pueden llevar los niveles de infestación por
nematodos a índices bajos e incluso no detectables.
Manejo de los restos de cosecha: Desde el punto de vista
de la prevención de plagas los restos de cosecha pueden ser
cualquier órgano de la planta que hospede plagas, incluidas
las raíces, por lo que el manejo de los restos de cosecha
puede significar su incorporación al suelo o su extracción del
campo cosechado La extracción de los restos de cosecha es una
práctica muyrecomendada si el cultivo que se ha cosechado fue
atacado por plagas que se mantienen hasta la etapa de cosecha y
éstas pueden atacar a los siguientes cultivos en el sistema de rotación
y si hubo niveles de malezas hospedantes de dichas plagas
en los campos y sus alrededores.
Esta fuente de infestación primaria puede contribuir significativamente
a una mayor nocividad de las plagas, toda vez
que al emerger el nuevo cultivo que se siembra, las poblaciones
se incrementarán con mayor rapidez, por estar presentes en
el campo a la par que el cultivo.
Por ello se recomienda que en el cultivo anterior del esquema
de rotación se evalúe la infestación por la plaga al concluir
la cosecha, tanto en el cultivo como en las malezas y que
cuando se realiza la eliminación de los restos de cosecha, se
evalúe la calidad de la labor en dos momentos, inmediatamente
de concluida y antes de la preparación del suelo para
la siembra siguiente.
Mucho cuidado debe tenerse con los restos de cosecha cuando
se realiza el laboreo mínimo y estos pueden hospedar plagas
que afecten el cultivo que se va a plantar o sembrar. También
porque al descomponerse puede producir sustancias alelopáticas
de inhibición que afecten el desarrollo del cultivo siguiente.
Fuente: BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS URBANOS
Luís L. Vázquez Moreno
Ingeniero Agrónomo. Doctor en Ciencias.
Investigador Titular.
Entomología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Artrópodos Plagas. INISAV.
Emilio Fernández Gonzálvez
Licenciado en Biología. Doctor en Ciencias Agrícolas.
Investigador Titular.
Nematología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Fitopatología. INISAV.

BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS URBANOS

 
BASES PARA EL
MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS
URBANOS
Mejora del suelo: La mejora del suelo generalmente está en función de ajustar sus propiedades físicas, químicas y biológicas, de acuerdo a las demandas de los cultivos
y al sistema de explotación que se realiza.
Existen diversas tendencias y productos con estos fines, pero en la agricultura urbana
se ha desarrollado un sistema basado en el humus de lombriz, el compost, los biofertilizantes, la incorporación de los restos de cosecha y otros abonos orgánicos
tradicionales.
De forma general la materia orgánica favorece el desarrollo de los microorganismos, entre ellos los antagonistas a los fitopatógenos y otros enemigos naturales de las plagas del suelo.
Rotación de los campos: Los campos, las parcelas, los canteros, etc. se rotan en función del plan de siembra, que generalmente se confecciona de acuerdo a la época del año y las demandas del mercado.
Sin embargo, desde el punto de vista fitosanitario la rotación tiene efectos importantes sobre la reducción de las malezas, los nemátodos y los microorganismos fitopatógenos que habitan en el suelo, además de algunas plagas insectiles, siempre que
el agricultor conozca las plagas que se favorecen o deprimen con los cultivos que se incluyen en el esquema de rotación.
Como se expresó anteriormente, la rotación con cultivos de cobertura es muy recomendada, ya que cuando las plantas de estos cultivos se desarrollan (cierran), no dejan espacio para el crecimiento de las malezas y el cultivo siguiente es menos
afectado por estas plantas.
En el caso de la agricultura urbana, donde los sistemas de cultivo en canteros o parcelas tienen una preparación del suelo limitada, la rotación de cultivos es esencial para reducir las poblaciones de ciertas plagas de importancia como son los nemátodos (Meloidogyne), las cochinillas harinosas que habitan en las raíces de las plantas (Pseudococcidae), los ácaros (Rhyzoglyphus), los gusanos de manteca (Phyllophaga), las hormigas que comen semillas (Solenopsis), los grillos, los cachazudos
(Agrotis), los patógenos del suelo (Phytium, Rhizoctonia, Phytophthora, Fusarium y otros), las semillas de plantas indeseables, y las babosas, entre otras plagas.
Biofumigación: Consiste en aprovechar las sustancias tóxicas y el calor que emanan
de la descomposición de distintas materias orgánicas.
Hay varias fuentes de biomasa que pueden ser útiles para la biofumigación, como los residuos de cosechas de plantas que durante el proceso de descomposición emanan gases que tienen propiedades como biocida, tal es el caso de las crucíferas, en especial la col o repollo y el brócoli (Kirkegaard et al., 1995; Vázquez et al., 2005).
Las hojas que quedan de la cosecha de estas plantas se entierran en el suelo, se esperan aproximadamente dos semanas para que las hojas se descompongan, tiempo necesario para disminuir los niveles de poblaciones de nemátodos, patógenos, insectos, etc. en el suelo.
Es muy importante que las hojas queden enterradas, para garantizar que los gases no se escapen y actúen más eficientemente.
El proceso se acelera con el riego y si se tapa con nylon, pencas de guano u otro material.
Igualmente se pueden utilizar con buenos resultados las enmiendas
no descompuestas como humus, estiércol, cachaza, gallinaza, etc.
Fuente: BASES PARA EL
MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS
URBANOS
Luis L. Vázquez Moreno
Ingeniero Agrónomo. Doctor en Ciencias.
Investigador Titular.
Entomología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Artrópodos Plagas. INISAV.
Emilio Fernández Gonzálvez
Licenciado en Biología. Doctor en Ciencias Agrícolas.
Investigador Titular.
Nematología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Fitopatología. INISAV.

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