Cultivos hidropónicos
Como las mariposas o polillas salen especialmente en las horas de la noche, también resulta efectivo colocar trampas de luz para capturar a las hembras antes de que sean fecundadas o de que hagan sus posturas. Así, las poblaciones disminuirán hasta niveles que no representan peligro para el cultivo ni para la inversión del hidro-cultivador.
La trampa de luz se hace colocando una palangana o un recipiente amplio, lleno hasta la mitad con agua y 150 c.c. de aceite quemado de motor. Este recipiente se deja debajo de un bombillo o ampolleta sobre un cajón o asiento a 60-80 cms de altura del suelo, y separado de la fuente de iluminación por lo menos 30 cms. La fuente de iluminación se conecta o enciende tan pronto como oscurezca.
La luz atraerá a las polillas o mariposas y a otros insectos de hábitos nocturnos, de los cuales muchos son plagas. Ellos al girar alrededor de la luz se dejan guiar por el reflejo de esta sobre el agua con aceite y allí serán capturados sin posibilidad de sobrevivir por efecto del aceite.
La ampolleta (bombillo) puede ser cambiada por en mechero hecho con un tarro de leche en polvo vacío al cual se le perfora la tapa en el centro para introducir una mecha de hilo que estará comunicada con ACPM ó combustible diesel depositado hasta tres cuartas partes de la capacidad del tarro. Para aumentar el rendimiento del combustible, se agregan 50 c.c. de aceite quemado.
Este mechero se coloca en el centro de la palangana o recipiente que contiene el agua con aceite utilizando un pedazo de bloque de cemento o ladrillo para que sobresalga del nivel del agua con lo cual la llama se reflejará sobre la superficie del líquido actuando como atrayente.
Otra práctica no convencional de control consiste en exponer el substrato al sol después de cada cosecha, dejándolo en capas delgadas durante varias horas para que los huevos y las larvas u otros estados que pueda haber, mueran por deshidratación e insolación. Es necesario voltearlo varias veces durante el día para que todo quede expuesto. Esta práctica solo es necesaria cuando hay señal clara de que el substrato está poblado por muchas larvas o huevos, lo cual se conoce por los daños
que se hayan observado en el cultivo inmediatamente anterior.
Las escardas superficiales al substrato realizadas dos o tres veces por semana también ayudan a conseguir este objetivo además de que mejoran la aireación de las raíces con lo cual las plantas toman en forma más eficiente su alimento. Los resultados de esta práctica son muy notorios dos o tres días después de efectuada.
Con las observaciones detalladas, y la ejecución de las recomendaciones indicadas aquí, se evita el uso de pesticidas que no tienen ninguna selectividad, por lo que otros insectos que no son dañinos (fauna benéfica) y que por el contrario se alimentan de huevos y pequeños gusanos, son protegidos y se multiplican en forma abundante, contribuyendo así a mejorar el control biológico de éstas y otros insectos y plagas dañinos.
Fuente: César H. Marulanda Tabares
Experto en Hidroponía Familiar
Consultor PNUD
® Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo