MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS EN EL CULTIVO DE ARROZ


MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS EN EL
CULTIVO DE ARROZ
2.2.3. Mantenimiento de las condiciones biológicas del suelo
La baja de la productividad observada últimamente en los cultivos en el país, es atribuible en buena parte a la degradación biológica de los suelos, lo cual comprende la reducción en el contenido de humus en la capa superficial del suelo, disminución de la actividad microbiológica, eliminación de cepas nativas de microorganismos que participan en el reciclaje de Nitrógeno y Fósforo, y de aquellos que ayudan a regular las poblaciones de patógenos en el suelo.
La degradación biológica de los suelos se debe fundamentalmente a la eliminación de la cobertura vegetal y a la incapacidad de garantizar el reciclaje de la biomasa producida en las explotaciones agrícolas; esta situación se ve empeorada por la aplicación de agro tóxicos (insecticidas, fungicidas y herbicidas) que afectan directamente a la población microbiana del suelo.
Para posibilitar el mantenimiento de las condiciones biológicas del suelo se proponen algunas alternativas tecnológicas, tales como: la practica de los abonos verdes (siembra de especies leguminosas solas o asociadas con gramíneas y crucíferas) la agricultura de “mulch” (coberturas muertas principalmente en base a desechos vegetales), coberturas vivas (a base de la siembra de especies leguminosas), asociaciones de cultivos, reciclaje de desechos orgánicos (vegetales y animales) y la inoculación de agentes microbiológicos. Las alternativas referidas van a permitir potenciar la flora y la fauna del suelo y el mantenimiento de los niveles adecuados de materia orgánica y con ello el mejoramiento de la producción y productividad de los cultivos.
2.3. Elaboración, uso y manejo de abonos orgánicos para la producción arrocera
La elaboración de abonos orgánicos sólidos y líquidos en las áreas arroceras es de vital importancia para reactivar la biología del suelo y dotarlo de nutrimentos, mediante técnicas de reciclaje a partir de los desechos de origen vegetal y animal procedentes de las propias fincas productoras, a los que se puede enriquecer según sea la necesidad mediante la adición de fertilizantes de origen mineral y la inoculación de agentes microbiológicos
El cultivo del arroz demanda principalmente de la fertilización nitrogenada, misma que puede proporcionársele en parte a partir de fertilizantes de origen orgánico. Así mismo requiere de una buena dotación de fósforo y potasio y elementos menores especialmente boro y zinc, los que se encuentran en los desechos orgánicos que se utilizan para la elaboración de los abonos orgánicos.
2.3.1. Abonos orgánicos sólidos
a. Compost: resulta de las descomposiciones aeróbica de los desechos orgánicos de origen vegetal y animal al que puede enriquecerse mediante la adición de roca fosfórica, cal agrícola y agentes microbiológicos.
Los desechos vegetales y animales, se disponen en capas de 25 y 10 cm respectivamente, espolvoreándose entre estas capas roca fosfórica, cal o ceniza vegetal, hasta alcanzar 1 metro de alto, formándose pilas que pueden tener entre 1.20 a 2 m de ancho por 5-25 metros de largo.
Los materiales orgánicos deberán humedecerse para activar el proceso de la descomposición e inocularse con purines (efluentes líquidos fermentados procedentes del lavado de los establos) y con agentes microbiológicos. Cada 15 días el material orgánico deberá someterse a un proceso de volteo para posibilitar la descomposición de los desechos, manteniéndose una humedad de 60 %. En climas cálidos al cabo de 45
a 60 días el compost esta listo para utilizarse.
Dosis de aplicación: en los semilleros o almácigos, de 2-3 kg / m2 antes de la siembra y de 3-5 TM/ ha al momento de la preparación del suelo (con el paso de la rastra).
b. Bocashi: resulta de la fermentación de los desechos orgánicos de origen vegetal y animal al que puede enriquecerse mediante la adición de roca fosfórica, cal agrícola y agentes microbiológicos. En la elaboración del bocashi también se debe agregar carbón molido (partículas de 5 mm), polvillo de arroz, melaza o miel de caña.
El proceso de fermentación se hará bajo cubierta con una humedad de 60 %. Hay que cuidar que la temperatura no sobrepase los 70º C para evitar la desactivación biológica del abono. La elaboración del bocashi demanda volteos diarios del material para acelerar el proceso fermentativo, mismo que se logra entre los 7 a 14 días.
Dosis de aplicación: en los semilleros o almácigos, de 2-3 kg / m2 antes de la siembra y de 2 -3 TM/ ha al momento de la preparación del suelo (con el paso de la rastra).
Fuente: MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS EN EL
CULTIVO DE ARROZ
Manuel B. Suquilanda V.
PROYECTO MANEJO ADECUADO DE PLAGUICIDAS

2003 

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