El cultivo del peral Riego

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El cultivo del peral
Riego
Los valles de la provincia de Caravelí, con muy pocas excepciones, presentan una escasez hídrica crónica, por tanto el riego en el cultivo del peral es una de las labores fundamentales. Este interviene en todas las fases de desarrollo del cultivo y tiene un efecto muy notorio en los rendimientos.
Las modalidades de riego en los campos y huertas de perales varían según los valles.
Por ejemplo, en el valle de Cháparra se realiza el riego por gravedad. Para esto se emplean pozas que tienen una altura en sus bordos en promedio de 20 cm, que luego son inundadas. Ello permite
conservar la humedad del campo, ya que los turnos de riego, conocidos en la zona como "mitas", son muy distanciados, cada 30 días en promedio.
En teoría, en los suelos con alta capacidad de retener humedad, como aquellos que tienen mayores proporciones de arcillas, limos, materias orgánicas o que son más profundos, los riegos pueden ser más prolongados; mientras que en suelos con poca capacidad de retener humedad, como aquellos con mayores proporciones de arena, los riegos deben ser ligeros y frecuentes. Sin embargo, para las condiciones de los valles de Caravelí, esto no siempre se cumple ya que el factor limitante suele ser la disponibilidad de agua. La frecuencia óptima de riego es según el tipo de textura del suelo, así tenemos que para suelos pesados, la frecuencia de de riego está alrededor de los 20 días, mientras que para suelos ligeros o "secarrones", lo ideal es que sea de 10 días. La realidad, sin embargo, es que en años de poca disponibilidad de agua y en algunos sectores, el riego puede ser más distanciado de lo recomendado, lo que afecta los rendimientos de manera negativa.
En los predios que tienen pendientes ligeras se riega por acequias o surcos, ello permite distribuir el agua de manera uniforme y evitar la erosión.
Los momentos críticos de consumo de agua son al inicio y en el desarrollo de la plantación. Al inicio para que las plantas logren prender, y una vez establecido el cultivo, antes de la floración y después del cuajado de frutos, etapas en las que el agua no puede faltar.
El peral es una planta caducifolia, es decir, que presenta un periodo de reposo luego de la cosecha, en el que se caen las hojas para en la primavera brotar y florear nuevamente. El primer riego de la campaña se le da antes del brotamiento y floración, y el último riego, luego de concluida la cosecha, esto para que la planta pueda acumular reservas y volver a brotar con energía en la siguiente campaña.
Una práctica ancestral muy interesante de los productores de los valles de Caravelí, es regar los campos de los perales y cultivos diversos, con las primeras avenidas de las aguas provenientes de las lluvias de las partes altas. Ello porque las aguas de avenida son muy ricas en limos y nutrientes que contribuyen a fertilizar los campos. Esto ocurre según los valles, entre diciembre y marzo.
En épocas de sequías, las plantas se estresan, los frutos son de pequeño tamaño o caen al suelo, la producción baja de manera muy notoria. Esto ocurre en algunos años y es menester de los productores tratar de contar con pozos para prevenir estas alteraciones.
El riego excesivo o el uso de suelos con napas freáticas altas, ocasiona que las raíces se pudran, en estos casos se recomienda hacer drenes o "sangraderas".
Existen ya en la zona experiencias interesantes de aplicación de riego presurizado por micro tubos promovidas por desco, en distintas especies frutales, por tanto, sería recomendable emplearlo sobre todo en plantaciones nuevas para optimizar el uso del agua.

Fuente: El cultivo del peral en la
provincia de Caravelí
Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo - 2009
PROGRAMA REGIONAL SUR
Unidad Operativa Territorial Caravelí
Waldir Guillermo Chávez Gama
Atilio Alfredo Arata Pozzuoli


Manejo integrado de enfermedades Marchitez, pudrición suave, erwinia


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Manejo integrado de enfermedades
Marchitez, pudrición suave, erwinia
Erwinia sp.
La pudrición por erwinia es favorecida por excesiva humedad en la base del tallo de la planta. La bacteria se disemina por el agua de escorrentía y herramientas contaminadas, y se ve favorecida por el ataque de insectos y las prácticas de poda.
La enfermedad se manifiesta inicialmente en las hojas superiores mediante un ligero marchitamiento. En ataques avanzados, el marchitamiento de la planta puede ser total, debido a la irrupción de la bacteria en la base del tallo principal, donde se observa una lesión húmeda y acuosa, de color café o negro y olor desagradable.
La pudrición por Erwinia sp. se debe prevenir evitando condiciones de humedad excesiva en la base del tallo de la planta. La práctica de aporque temprano de las plantas al inicio de la enfermedad posibilita la emisión de nuevas raíces en la parte superior del tallo principal y la recuperación de la planta afectada, siempre y cuando se realice la aplicación previa de bacterias al suelo.
Durante las labores de poda se debe realizar la desinfección o lavado de manos, herramientas o guantes con productos a base de hipoclorito de sodio o yodo agrícola.

Fuente:  Manejo integrado de enfermedades.pdf

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