Guía del cultivo del tomate en invernaderos
Enfriamiento del invernadero
Los productores de tomates de invernadero deben
arreglárselas con las altas temperaturas. Cuando las temperaturas del
invernadero llegan próximas a los 100 o más, el resultado usual será frutas de
baja calidad, fruta rasgada. Las rajaduras en la piel ocurren cuando la piel de
la superficie alcanza temperaturas más altas que la capa que está por debajo de
la misma.
Esto causa ruptura entre células adyacentes, mostrándose como
piel separada o reventada. El mecanismo es similar al de la serpentina
bimetálica en el termostato, con la excepción de que la del termostato puede
contraerse o expandirse al cambiar la temperatura, mientras que la piel de
tomate no puede; por lo tanto la piel se raja.
Cuando el sol pasa a través de la cobertura plástica del
invernadero y llega a las plantas, es común que la temperatura de las hojas
sean 30 grados más que la del aire en el invernadero. A medida que aumenta la
temperatura de las hojas, las mismas liberan más agua a la atmósfera, y para
compensar dicha pérdida, toman más agua por las raíces. Esta es la forma en que
las plantas evitan el recalentamiento.
Siempre y cuando haya suficiente agua alrededor de las
raíces, el sistema da buenos resultados, hasta un cierto punto. Si alguna vez
hay escaséz de agua, se marchitan las puntas de las plantas, reduciendo la
pérdida de agua. Si la pérdida de agua es muy severa, las plantas se
marchitarán completamente desde la punta hasta la base. Las mismas reviven de
una marchitez suave cuando hay agua disponible o cuando se invierte la
situación de estrés (como ocurre durante la noche). Pero, si las plantas logran
el “punto de marchitez permanente” el tejido es dañado permanentemente y no se
recobrarán, inclusive si hay agua suficiente.
También, si la temperatura alcanza casi los 100, las raíces
de las plantas puede que no tomen agua suficiente para ser transportada hasta
la punta, para evitar la rápida pérdida de humedad a través de sus hojas, aun
así haya humedad suficiente en el suelo. Si esto ocurre, las hojas aparecen
quemadas o chamuscadas. Tienen el aspecto como si hubieran sido tocadas por la
llama de una antorcha de propano.
Recuerde, siempre y cuando brille el sol, la temperatura de
las hojas es considerablemente más alta que la temperatura del aire.
Existen varias formas de bajar la temperatura del aire y de
las plantas en el invernadero. Ninguna de ellas es 100 porciento exitoso por sí
misma en este clima debido al calor extremo en Mississippi. De todas maneras,
cualquiera de los siguientes métodos disminuirán la temperatura hasta un cierto
punto.
Fuente: La dirección del autor es Truck Crops Branch
Experiment Station, P.O. Box 231, Crystal Springs, MS 39059; teléfono (601)
892-3731, fax (601) 892-2056. El e-mail del Dr Richard
Snyder es ricks@ext.msstate.edu
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