Manejo integrado de enfermedades
Cenicilla, oidium, mildeo polvoso
Oidium link
La cenicilla es favorecida por épocas calurosas y baja humedad relativa. El patógeno
se disemina por el viento.
Los síntomas de la cenicilla se presentan en tallos (figura 175), pecíolos y las hojas más viejas.
En el haz de las hojas se observan puntos o manchas
circulares con crecimiento superficial de aspecto blanquecino, que van colonizando
diferentes partes y tornando la hoja clorótica. El hongo puede causar clorosis
superficial en el haz, y por el envés se observa un leve crecimiento blanquecino.
En los tallos y los sépalos (figura 177) las lesiones son de borde irregular, ligeramente
necrosadas y adquieren con el tiempo tonalidades negruzcas acompañadas de un
crecimiento blanquecino superficial.
La aplicación de aceite de neem (azadirachta indica) (0,25 a 0,5 %) reduce la
severidad de la cenicilla. Las aspersiones foliares de cepas de Trichoderma koningii
han mostrado gran potencial de control de la cenicilla del tomate.
El manejo químico puede realizarse con la aspersión de productos a base de azufre
Fuente: Manejo integrado de enfermedades
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