BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE PLAGAS EN SISTEMAS
AGRARIOS
URBANOS
Las aplicaciones foliares deben realizarse según la relación
fenología del cultivo-fase de la plaga o de acuerdo con los muestreos que se
realizan para la señalización.
El momento de la aplicación esta en dependencia de las
características de la plaga, el cultivo y su tecnología y la fase del insecto
sobre la cual se desea la acción.
Los nemátodos entomopatógenos se aplican al suelo y al
follaje con los mismos equipos que se emplean para otros bioproductos
(mochilas, motomochilas, equipos de arrastre, aéreos, etc.). También se pueden
aplicar mediante el sistema de riego por goteo o por aspersión.
No deben utilizarse filtros en los equipos y las boquillas
deben tener como mínimo una abertura de 500 micrones y la presión máxima
permisible es de 5 bares. Deben utilizarse altos volúmenes de solución final (1
000 L/ha) para que se favorezca el alcance del nemátodo al insecto blanco, ya
que para su desplazamiento se requiere una lámina de agua. Se recomienda tener
equipos específicos para las aplicaciones de nemátodos, pudiendo ser los mismos
que se disponen para los bioplaguicidas.
La aplicación debe lograr una cobertura uniforme sobre el
área a tratar, manteniendo la suspensión en continuo movimiento para evitar que
los nemátodos se depositen en el fondo del tanque del equipo de aplicación.
Las aplicaciones de nemátodos entomopatógenos se pueden
realizar directamente al follaje de las plantas, al tallo o al suelo, según
donde habiten los insectos plagas. También pueden realizarse aplicaciones
inoculativas junto con las posturas antes del trasplante o en el hoyo antes de
colocarlas.
Se considera un método más factible para áreas pequeñas, principalmente
viveros, semilleros, plantas ornamentales, casas de cultivo y la agricultura
urbana (Tabla 16), debido a que la tecnología de producción es costosa y por
tanto los precios no son competitivos en la actualidad.
Desde luego, las potencialidades de los nemátodos entomopatógenos
para la lucha contra plagas de insectos son mayores, por lo que en la medida en
que se adopte esta tecnología por los agricultores se podrá ampliar su
utilización.
Las aplicaciones se deben realizar cada 15 días, en
dependencia del cultivo, las características de la plaga y el nivel de sus
poblaciones, aunque sobre este particular no existe mucha experiencia en el
país.
Resisten a algunos plaguicidas químicos usados en la
agricultura, aunque si no se dispone de información específica es recomendable
no realizar mezclas ni aplicaciones de insecticidas y fungicidas.
Para integrar los nemátodos entomopatógenos en programas de
manejo de plagas en que se emplean plaguicidas sintéticos es recomendable
aplicarlos después del plaguicida, para que su acción sea sobre la población de
la plaga que no fue controlada por dicho producto.
Cuando se emplean bioplaguicidas se pueden aplicar sin
dificultad e incluso mezclarlos, ya que poseen efecto sinergístico con otros
agentes entomopatógenos (Beauveria bassiana, Bacillus thuringiensis y otros),
pudiendo aumentar la eficiencia y la economía del método. En muchos casos estas
mezclas superan a otros patógenos en los índices de mortalidad que provocan.
Factores que se relacionan con la calidad de las
aplicaciones de los bioplaguicidas: Sobre la base de algunas experiencias, las
aplicaciones de bioplaguicidas requieren de conocimientos que eviten cometer
errores o resultados negativos, como son:
. La transportación y almacenamiento debe ser en lugares
frescos y ventilados, nunca en altas temperaturas o expuestos a radiaciones
solares directas. Los bioplaguicidas se dañan con la luz solar y las altas
temperaturas, las que le hacen perder su efecto sobre la plaga. . Se deben
aplicar en horas de la tarde. Si llueve después de la aplicación es necesario
repetirla, ya que la lluvia lava el producto. Deben utilizarse sustancias
tensoactivas y adherentes (.melaza, tuna, etc). . Aplicarlos con humedad en el
suelo. Debe conocerse bien los parámetros de calidad del producto. Se pueden
aplicar con moto-mochilas o con equipos de arrastre; a presión entre 5-15
atmósferas, que garanticen 100 o más gotas por cm², con un tamaño entre 10-50
micras.
Esto significa que la calidad de la aplicación no solo se
logra si se consideran los criterios tradicionales que se aprendieron con el
uso de los plaguicidas químicos (modo de acción, dosis, boquillas, etc.), sino
que además hay que considerar los enumerados anteriormente, que también son
importantes.
Fuente: BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE PLAGAS EN
SISTEMAS AGRARIOS
URBANOS
Luis L. Vázquez Moreno
Ingeniero Agrónomo. Doctor en Ciencias.
Investigador Titular.
Entomología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Artrópodos Plagas. INISAV.
Emilio Fernández Gonzálvez
Licenciado en Biología. Doctor en Ciencias Agrícolas.
Investigador Titular.
Nematología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Fitopatología. INISAV.
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