CULTIVOS HIDROPONICOS
CONTENEDORES.
Tipos:
Varios tipos de recipientes se pueden usar o construir para cultivar hortalizas
y plantas medicinales en el sistema hidropónico simplificado. Todo depende del espacio que haya disponible en la casa, de la capacidad económica y de las
necesidades y aspiraciones de progreso y desarrollo de la familia.
Para iniciar la huerta e ir adquiriendo los primeros conocimientos y destrezas se
pueden utilizar cajas (de madera o de icopor) en las que vienen manzanas, peras, aguacates y uvas importadas; llantas viejas, vasijas plásticas que ya no se utilizan
o que están rotas y otros materiales más de bajo costo.
Recipientes tan pequeños como envases plásticos desechables (para helados, margarinas, jabones o aceites) o las botellas plásticas de gaseosa son contenedores apropiados con espacio suficiente para cultivar verduras limpias y nutritivas.
Las bolsas plásticas de color negro (cortas o largas) son recipientes económicos, productivos y fáciles de usar en pequeños espacios. En las bolsas cortas se puede sembrar acelga, apio, albahaca, cebollas, chiles verdes, pepinos y tomates.
En las bolsas de 150 cms. de largo y 22-25 cms. de diámetro (como chorizos) se
puede sembrar (utilizando un substrato liviano como la mezcla de piedra pómez
y cascarilla de arroz) apio, hierbabuena, escarola rizada, espinaca de Nueva
Zelanda, lechuga, perejil y fresa (cuando el clima lo permite).
Dimensiones:
Las dimensiones de los contenedores construidos con madera (desechos de
construcción o tarimas) o con varas de guadua pueden ser:
Largo 125 cms.
Ancho 105 cms.
Profundidad 10 cms.
Altura de las patas 60 cms.
Se pueden hacer contenedores con medidas superiores a éstas, pero ocasionan
mayores costos en materiales (nutrientes, madera, plástico, substrato) y mayores dificultades y riesgos de desarmarse en el manejo.
Forrado de las Cajas de madera o de guadua:
Después de construidas las cajas, se deben forrar por dentro con plástico negro
para aumentar su duración y para retener los substratos y líquidos en su interior).
El plástico debe ser de calibre 5 ó 6 micras, no debe tener ninguna perforación para evitar que alguna parte de la madera se humedezca y se pudra antes de terminar la
vida útil de la caja que se estima como mínimo de 10 cosechas.
Si la cama se hace con guadua, se recomiendan dos cuidados adicionales;
1. Que en los extremos de la cama no se inicie el fondo con esterilla, sino con
reglas en madera para poder afirmar adecuadamente las patas.
2. Que antes de poner el plástico negro, se coloque debajo otro plástico o papel
grueso para evitar que las astillas de la esterilla rompan el plástico que cumple
la función de impermeabilizar.
Para calcular la longitud del plástico que se necesita para forrar una caja de
madera o de guadua (con fondo de esterilla) se procede de la siguiente manera:
Para determinar el largo: se mide el largo de la cama y se le suma 4 veces lo que
la cama tenga de profundidad; con esto se garantiza que las caras internas y
externas del largo de la caja quedarán protegidas del agua aplicada con el riego
diario o la que cae con las lluvias.
Para determinar el ancho del plástico para forrar una cama se procede de
idéntica forma que para calcular el largo; se mide el ancho de la cama, ésta
midiendo en el extremo donde están las patas y a esa medida se le suma 4 veces
lo que la cama tiene de profundidad.
Cuando se ha cortado la cantidad de plástico necesaria para una cama, se ubica suavemente el plástico sobre ella y se distribuye de tal manera que en cada uno
de los extremos sobre la misma cantidad, esto garantiza que ninguna de las tablas
que forman el marco de la cama quedará sin protección contra el agua. Cuando
esta igualdad se ha logrado, se coloca una mano o un trozo de madera limpio, sin astillas sobre el plástico en el centro de la cama y se recorre con la otra mano la
cama a lo largo y a lo ancho, asegurando que el plástico quede en contacto con la madera, sin dejar áreas donde el plástico quede levantado.
Para conseguir un buen forrado es conveniente que no se alise el plástico sobre el
fondo de la cama, esto generará arrugas difíciles de eliminar; el plástico solo se
toca a lo largo del marco de la cama, esto dará una distribución casi perfecta del plástico.
Cuando el plástico ha sido distribuido, se procede a pegarlo por la parte externa, lo
más abajo que se pueda, utilizando chinches o grapas separadas un jeme una de
otra (15 centímetros), teniendo el cuidado de ir verificando con la palma de la mano
que el plástico está bien sentado sobre la madera y esto muy especialmente en las esquinas. Si el plástico queda levantado en las esquinas y la cama se cultiva en el método de substrato sólido, es casi seguro que antes de terminar la primera cosecha,
la cama estará goteando por la esquina donde no se dio la atención necesaria para
evitar que las partículas duras del substrato rompieran el plástico.
En las camas que se cultivan en el sistema flotante, al no atender la anterior recomendación, lo que ocurrirá es que habrá menos volumen de agua en ella y
además al hacer la oxigenación, es mayor el riesgo de causar roturas sobre el
plástico.
En las camas que serán cultivadas con substrato sólido, después de forrarlas se
procede a perforar el orificio por donde se meterá una manguerita a través de la
cual saldrán los excesos de agua o de sales que se van acumulando dentro del
substrato.
Fuente: PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO
PNUD
César H. Marulanda Tabares
Experto en Hidroponía Familiar
Consultor PNUD
CONTENEDORES.
Tipos:
Varios tipos de recipientes se pueden usar o construir para cultivar hortalizas
y plantas medicinales en el sistema hidropónico simplificado. Todo depende del espacio que haya disponible en la casa, de la capacidad económica y de las
necesidades y aspiraciones de progreso y desarrollo de la familia.
Para iniciar la huerta e ir adquiriendo los primeros conocimientos y destrezas se
pueden utilizar cajas (de madera o de icopor) en las que vienen manzanas, peras, aguacates y uvas importadas; llantas viejas, vasijas plásticas que ya no se utilizan
o que están rotas y otros materiales más de bajo costo.
Recipientes tan pequeños como envases plásticos desechables (para helados, margarinas, jabones o aceites) o las botellas plásticas de gaseosa son contenedores apropiados con espacio suficiente para cultivar verduras limpias y nutritivas.
Las bolsas plásticas de color negro (cortas o largas) son recipientes económicos, productivos y fáciles de usar en pequeños espacios. En las bolsas cortas se puede sembrar acelga, apio, albahaca, cebollas, chiles verdes, pepinos y tomates.
En las bolsas de 150 cms. de largo y 22-25 cms. de diámetro (como chorizos) se
puede sembrar (utilizando un substrato liviano como la mezcla de piedra pómez
y cascarilla de arroz) apio, hierbabuena, escarola rizada, espinaca de Nueva
Zelanda, lechuga, perejil y fresa (cuando el clima lo permite).
Dimensiones:
Las dimensiones de los contenedores construidos con madera (desechos de
construcción o tarimas) o con varas de guadua pueden ser:
Largo 125 cms.
Ancho 105 cms.
Profundidad 10 cms.
Altura de las patas 60 cms.
Se pueden hacer contenedores con medidas superiores a éstas, pero ocasionan
mayores costos en materiales (nutrientes, madera, plástico, substrato) y mayores dificultades y riesgos de desarmarse en el manejo.
Forrado de las Cajas de madera o de guadua:
Después de construidas las cajas, se deben forrar por dentro con plástico negro
para aumentar su duración y para retener los substratos y líquidos en su interior).
El plástico debe ser de calibre 5 ó 6 micras, no debe tener ninguna perforación para evitar que alguna parte de la madera se humedezca y se pudra antes de terminar la
vida útil de la caja que se estima como mínimo de 10 cosechas.
Si la cama se hace con guadua, se recomiendan dos cuidados adicionales;
1. Que en los extremos de la cama no se inicie el fondo con esterilla, sino con
reglas en madera para poder afirmar adecuadamente las patas.
2. Que antes de poner el plástico negro, se coloque debajo otro plástico o papel
grueso para evitar que las astillas de la esterilla rompan el plástico que cumple
la función de impermeabilizar.
Para calcular la longitud del plástico que se necesita para forrar una caja de
madera o de guadua (con fondo de esterilla) se procede de la siguiente manera:
Para determinar el largo: se mide el largo de la cama y se le suma 4 veces lo que
la cama tenga de profundidad; con esto se garantiza que las caras internas y
externas del largo de la caja quedarán protegidas del agua aplicada con el riego
diario o la que cae con las lluvias.
Para determinar el ancho del plástico para forrar una cama se procede de
idéntica forma que para calcular el largo; se mide el ancho de la cama, ésta
midiendo en el extremo donde están las patas y a esa medida se le suma 4 veces
lo que la cama tiene de profundidad.
Cuando se ha cortado la cantidad de plástico necesaria para una cama, se ubica suavemente el plástico sobre ella y se distribuye de tal manera que en cada uno
de los extremos sobre la misma cantidad, esto garantiza que ninguna de las tablas
que forman el marco de la cama quedará sin protección contra el agua. Cuando
esta igualdad se ha logrado, se coloca una mano o un trozo de madera limpio, sin astillas sobre el plástico en el centro de la cama y se recorre con la otra mano la
cama a lo largo y a lo ancho, asegurando que el plástico quede en contacto con la madera, sin dejar áreas donde el plástico quede levantado.
Para conseguir un buen forrado es conveniente que no se alise el plástico sobre el
fondo de la cama, esto generará arrugas difíciles de eliminar; el plástico solo se
toca a lo largo del marco de la cama, esto dará una distribución casi perfecta del plástico.
Cuando el plástico ha sido distribuido, se procede a pegarlo por la parte externa, lo
más abajo que se pueda, utilizando chinches o grapas separadas un jeme una de
otra (15 centímetros), teniendo el cuidado de ir verificando con la palma de la mano
que el plástico está bien sentado sobre la madera y esto muy especialmente en las esquinas. Si el plástico queda levantado en las esquinas y la cama se cultiva en el método de substrato sólido, es casi seguro que antes de terminar la primera cosecha,
la cama estará goteando por la esquina donde no se dio la atención necesaria para
evitar que las partículas duras del substrato rompieran el plástico.
En las camas que se cultivan en el sistema flotante, al no atender la anterior recomendación, lo que ocurrirá es que habrá menos volumen de agua en ella y
además al hacer la oxigenación, es mayor el riesgo de causar roturas sobre el
plástico.
En las camas que serán cultivadas con substrato sólido, después de forrarlas se
procede a perforar el orificio por donde se meterá una manguerita a través de la
cual saldrán los excesos de agua o de sales que se van acumulando dentro del
substrato.
Fuente: PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO
PNUD
César H. Marulanda Tabares
Experto en Hidroponía Familiar
Consultor PNUD
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