El cultivo de la sandia
Manejo agronómico del cultivo
Riego
Antes de la plantación se debe dar un riego abundante, y
posteriormente de dan riegos cortos y frecuentes hasta que la planta esté bien
enraizada. Durante el desarrollo de la planta y hasta la floración los riegos
son largos y escasos, en floración cortos y diarios, durante el cuajado y
desarrollo del fruto son largos y frecuentes y en el período de maduración se
van alargando progresivamente los intervalos de riego y el volumen de agua.
El agua requerida durante el ciclo del cultivo es de 38
centímetros (mínimo), la frecuencia de riego puede variar de 7 a 10 días, en el
caso de suelos arenosos se deben continuar los riegos aún después del inicio de
la maduración.
El riego por goteo es el sistema más extendido en sandía en
invernadero, con aporte de agua y nutrientes en función del estado fonológico
de la planta, así como del ambiente en que ésta se desarrolla (tipo de suelo,
condiciones climáticas, calidad del agua de riego, etc.).
En cultivo en suelo y en enarenado el establecimiento del
momento y volumen de riego vendrá dado básicamente por los siguientes
parámetros:
• Tensión del agua en el suelo (tensión mátrica), que se
determinará mediante la instalación de una batería de tensiómetros a distintas
profundidades. La lectura del tensiómetro más superficial (20-25 cm.) debe de
estar alrededor de 15 cb., pudiendo regar cuando marque 20 cb. hasta que la
lectura llegue a 10 cb.
• Tipo de suelo (capacidad de campo, porcentaje de
saturación).
• Evapotranspiración del cultivo.
• Eficacia de riego (uniformidad de caudal de los goteros).
• Calidad del agua de riego (a peor calidad, mayores son los
volúmenes de agua, ya que es necesario desplazar el frente de sales del bulbo
de humedad).
Los fertilizantes de uso más extendido son los abonos
simples en forma de sólidos solubles (nitrato cálcico, nitrato potásico,
nitrato amónico, fosfato monopotásico, fosfato monoamónico, sulfato potásico,
sulfato magnésico) y en forma líquida (ácido fosfórico, ácido nítrico), debido
a su bajo costo y a que permiten un fácil ajuste de la solución nutritiva,
aunque existen en el mercado abonos complejos sólidos cristalinos y líquidos
que se ajustan adecuadamente, solos o en combinación con los abonos simples, a
los equilibrios requeridos en las distintas fases de desarrollo del cultivo.
También se dispone de numerosos correctores de carencias
tanto de macro como de micronutrientes que pueden aplicarse vía foliar o riego
por goteo, aminoácidos de uso preventivo y curativo, que ayudan a la planta en
momentos críticos de su desarrollo o bajo condiciones ambientales
desfavorables, así como otros productos (ácidos húmicos y fúlvicos, correctores
salinos, etc.), que mejoran las condiciones del medio y facilitan la
asimilación de nutrientes por la planta.
Fertilización
Al iniciar la floración hacer aplicaciones foliares de
Calcio y Boro para mejorar cuajado del fruto.
Requerimientos nutricionales de la Sandia / Manzana:
50 Kg. de Nitrógeno (N2), 20 Kg. de Fósforo (P2), 70 Kg. de
Potasio (K).
Programa de fertilización
Primera Fertilización
Al momento de siembra
Aplicar 2 qq. / Mz. de la fórmula 12-24-12 aplicados en el
surco o por dacha.
Segunda Fertilización
A los 15 d.d.s.
Aplicar 1 qq. / Mz. de nitrato de amonio más 1 qq. de cal
Tercera Fertilización
A los d.d.s.
Aplicar 1 qq. / Mz. de Urea mas 1 qq. de cal
Cuarta Fertilización
A los 45 d.d.s.
Aplicar 1 qq. / Mz. de nitrato de amonio más 1 qq. de cal
A partir de los 10 d.d.s.
Iniciar programa de fertilización foliar con productos ricos
en Calcio y Boro.
Fuente: Contenido
Ángel Daniel Casaca, Consultor individual, Ingeniero
Agrónomo
Zootecnista, egresado de la Escuela Centroamericana
de Agricultura
y Ganadería de Costa Rica, ECAG.
Email: angelcasaca@yahoo.com
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