Programa de siembra: Se refiere a la programación de
siembra de los diferentes campos dentro de la finca. El programa
de siembra involucra la fecha de siembra, los campos
a sembrar y la secuencia de la siembra.
Muchas plagas se manifiestan en los primeros campos que
se siembran y luego infestan los restantes. Por ello el agricultor
debe sembrar de forma tal que no existan más de 15-20 días de
diferencia de edad entre los campos colindantes.
Igualmente, si la plaga está presente en fincas cercanas y
desde donde sopla predominantemente el viento, la programación
de siembra de los campos debe realizarse en sentido
contrario. Por ello la programación de las siembras obedece a
una vigilancia minuciosa de la finca y sus alrededores.
Nutrición de las plantas: La fertilización es una práctica
fundamental para lograr buenas producciones, sobre todo
cuando se emplean variedades para tecnología intensiva.
La nutrición no se puede ver solamente como el simple hecho
de incorporar abono al suelo, independiente de su origen, o de
realizar una aplicación foliar, sino que constituye un sistema
complejo en el que intervienen diferentes factores.
Lo más importante que debe entender el agricultor es que
una planta correctamente nutrida tendrá mejor producción y
será más tolerante a los problemas de plagas y que el exceso o
déficit de nutrientes puede contribuir a la atracción de ciertas
plagas.
En la actualidad se recomienda optimizar al máximo el
reciclaje de nutrientes, mediante el aprovechamiento de los
residuos de las producciones de la propia finca y se conoce
como nutrición orgánica, la cual favorece el suelo y tiene
efectos diversos sobre los microorganismos que lo habitan,
además de sustituir o minimizar los insumos externos. En la
agricultura urbana se recomiendan los abonos orgánicos y el
humus de lombriz.
La nutrición de las plantas es algo muy complejo, que requiere
de buena preparación del agricultor, ya que sus efectos
son disímiles para cada cultivo y fase fenológica de este.
Saneamiento sistemático: El saneamiento es una práctica
fitosanitaria habitual, que se realiza con bastante efectividad
en la agricultura urbana. Se trata de eliminar los órganos
enfermos (hojas, frutos, etc.) e inclusive la planta completa
(incluido el sistema radicular).
Esta es una labor que requiere sistematicidad y para ello el
agricultor debe disponer de un saco o bolsa, recorrer los sembrados
regularmente y arrancar estos e introducirlos en dichos
sacos, para luego extraerlos de los campos, pero nunca depositarlos
en el suelo para recogerlos “después”.
Aporque: Esta práctica, que generalmente involucra eliminar
las malezas, aerear el suelo y proteger el tallo de las plantas,
también tiene un gran efecto fitosanitario, pues disminuye la
afectación por patógenos que habitan en el suelo y destruye las
pupas de los insectos que pupan sobre la superficie del suelo
(minadores, thrips, etc.).
Fuente: BASES PARA EL MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS URBANOS
Luis L. Vázquez Moreno
Ingeniero Agrónomo. Doctor en Ciencias.
Investigador Titular.
Entomología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Artrópodos Plagas. INISAV.
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