Cultivos hidropónicos
A modo de ejemplo se presenta la forma de preparar y utilizar un
extracto o sumo de ajo:
INGREDIENTE CANTIDAD OBSERVACIONES
Ajo fresco 30 Sin la piel
Agua limpia 200 c.c.
PROCEDIMIENTO
1. Se muelen los 30 dientes de ajo hasta formar una masa blanda.
2. Esta masa se echa en un recipiente de vidrio o plástico que contenga
200 c.c. de agua.
3. Agregamos agua hirviendo hasta que la masa quede cubierta.
4. Se guarda el recipiente bien tapado durante 24 horas.
UTILIZACIÓN:
Después de este tiempo ya se puede utilizar, filtrando de 3 a 4 cucharadas
soperas (30 c.c. aproximadamente) en medio litro de agua y aplicando este
caldo con un rociador sobre el cultivo afectado por plagas.
Es conveniente ir alternando los diferentes extractos cada semana. Utilizar
uno sólo podría ocasionar resistencia del insecto al producto.
El procedimiento descrito es similar para preparar cualquier otro insecticida
natural a base de las plantas ya mencionadas, solo varía un poco la cantidad
de material a utilizar.
Contra las babosas o caracoles se pueden utilizar sacos mojados con agua y
con sobrantes de cerveza o con levadura. Estos se colocan al atardecer en
algunos lugares de la huerta. Las babosas se dejan atraer por el olor de la
levadura y se ubican debajo del saco. Al día siguiente por la mañana se
levanta el saco y los animales que haya se eliminan con el pie o se les echa
en agua salada.
Todas las plantas, sean cultivadas o silvestres, son atacadas por diferentes
clases de enemigos que al igual que nosotros las utilizan para su
alimentación o solo para vivir o reproducirse sobre o dentro de ellas.
Su presencia ocasiona daños que pueden llegar a ser importantes
económicamente dependiendo de la intensidad del ataque y del tiempo que permanezcan sobre las plantaciones.
En los cultivos sin tierra también se presentan algunos de estos organismos,
pero en la mayoría de los casos, la gravedad del daño depende de la
tolerancia que el cultivador tenga con la plaga, ya que si se hacen visitas
frecuentes y se observan detalladamente las plantas, se podrá detectar
oportunamente la presencia de alguna de ellas y su eliminación se hará antes
de que lleguen a causar un perjuicio grande al cultivo.
Los controles recomendados para este sistema de producción excluyen al
máximo posible el uso de insecticidas convencionales que son muy
venenosos y por lo tanto representan un gran peligro no solo para quien
los aplica, sino para quien consume los productos rociados con ellos,
especialmente si no se dejan los márgenes de tiempo necesarios para que
el insecticida desaparezca de la superficie y del interior de las plantas
(cuando el insecticida actúa internamente a través de la savia), lo cual no
sucede antes de 12- 15 días después de la aplicación para la mayoría de
este tipo de productos.
Fuente: César H. Marulanda Tabares
Experto en Hidroponía Familiar Consultor PNUD
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
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