MANEJO DE PLAGAS EN LA AGRICULTURA URBANA
Preparación del suelo: La preparación del suelo implica invertir
el prisma, nivelar, surcar, etc. y se realiza según las
características del suelo, el sistema de cultivo y la planta que
se va a sembrar o plantar, bajo el criterio de su conservación.
La reducción de las malezas y otras plagas del suelo puede
lograrse cuando existe una preparación del suelo que considera
estos problemas. Desde luego, una buena preparación
del suelo asegura que la planta crezca mejor, aunque bajo
ciertas condiciones y esquemas de rotación se puede realizar
el laboreo mínimo o no laboreo.
Cuando se va a sembrar sin laboreo o con laboreo mínimo,
es importante conocer si el cultivo anterior estaba afectado
por nemátodos o patógenos del suelo y la susceptibilidad a los
mismos del cultivo siguiente, ya que este es el principal factor
que lo puede limitar.
Uno de los principios de la preparación del suelo es lograr
su nivelación, para evitar zonas donde se produzcan
encharcamientos que favorezcan las afectaciones por microorganismos
fitopatógenos.
Manejo de la erosión del suelo: Las fincas de la agricultura
urbana no están exentas de pérdidas de suelo por erosión.
Por ello es importante que el agricultor conozca que la erosión
hídrica, sea por las lluvias o por el riego, entre otras corrientes
de agua, además de llevarse el suelo constituye una vía de
dispersión de poblaciones de plagas del suelo (nemátodos,
malezas, patógenos, insectos, ácaros, etc.).
Entonces el manejo de la erosión en la agricultura urbana
significa en primer lugar identificar los sitios de la finca por
donde hay desnivel del terreno, así como observar el recorrido
del agua cuando llueve, para luego establecer barreras físicas
que impidan que se lleve el suelo. Estas barreras pueden ser
de diferentes materiales que constituyen residuos vegetales
de la propia finca.
También pueden realizarse mediante la siembra de cultivos
de cobertura o dejar las malezas como cubierta vegetal en
zonas inclinadas, pero manteniéndolas bien chapeadas como
si fuera un césped, para disminuir los riesgos de reservorios
de plagas.
Por otra parte es esencial tener un sistema de drenaje de
los campos, parcelas y canteros, que facilite la evacuación
del agua excesiva para evitar encharcamientos sin que se
produzca la pérdida del suelo.
Muchos tipos de plagas, principalmente los fitopatógenos, se
incrementan cuando hay exceso de humedad y encharcamientos;
estos últimos favorecen a los microorganismos secundarios
que se aprovechan del debilitamiento de las plantas.
Cuando ocurren ciclones y otros fenómenos meteorológicos
que generan fuertes y abundantes precipitaciones, se favorecen
desequilibrios de plagas y estrés de las plantas, y es fundamental
disponer de un sistema de drenaje a nivel de finca
que minimice estos efectos.
Fuente: BASES PARA EL
MANEJO AGROECOLÓGICO DE
PLAGAS EN SISTEMAS AGRARIOS
URBANOS
Luis L. Vázquez Moreno
Ingeniero Agrónomo. Doctor en Ciencias.
Investigador Titular.
Entomología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Artrópodos Plagas. INISAV.
Emilio Fernández Gonzálvez
Licenciado en Biología. Doctor en Ciencias Agrícolas.
Investigador Titular.
Nematología, Control Biológico, Manejo de Plagas.
Grupo Fitopatología. INISAV.
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